lunes, 15 de febrero de 2010

La naturaleza de las crisis capitalistas


Son muchas las fuerzas económicas que dan a una crisis económica. Marx dice que la crisis real sólo puede explicarse por el movimiento real de la producción capitalista y de los mecanismos financieros que complican la economía real, como son la competencia y el crédito.

La producción simple de mercancías y las crisis

Con la aparición del dinero, las mercancías ya no tienen que ser cambiadas por otras directamente, sino que con una mercancía de valor y uso universal como la moneda, se pueden realizar ventas y compras entre varias partes sin requerir que justo lo que yo necesite lo tenga el otro y que yo tenga algo que el otro necesite. Podemos tener una relación comercial entre A, B, C y D, que forman el total de la economía, sin que A tenga que conocer a C.

Sin embargo si A no vende a B, B no puede vender a C, C no puede comprar a B, y D no puede comprar a C…por lo tanto, A y C sí son de alguna manera dependientes el uno del otro, a pesar de no tener una relación comercial directa. Y puede darse que tanto C como D tengan exceso de mercancías que nadie les compra. Aquí es donde se produce una crisis.

La ley de Say

La ley de los mercados de Say sostiene que nunca se produce una interrupción en la cadena Mercancías-Dinero-Mercancías. Ricardo añade que el dinero es solamente el medio por el cual se efectúa el cambio, y que uno que produce siempre acaba consumiendo sus propios artículos o vendiéndolos para consumir artículos de otro.

Marx critica este razonamiento porque considera que ignora la separación en el tiempo de las transacciones de compra y venta, y que mientras uno vende su producto y compra el producto de otro se está produciendo una crisis a escala microeconómica.

El capitalismo y las crisis

La cadena Mercancías-Dinero-Mercancías funciona porque el incentivo que tiene el poseedor de la primera mercancía a poseer la segunda mercancía es que su valor al uso sea mayor que el de la primera mercancía. Soy productor de limonada. Si vendo un litro de limonada a 1 Euro, ese Euro lo gastaré en una mercancía que valga lo mismo pero que tenga un valor al uso mayor para mí, como podría ser medio litro de helado. Si no hay incentivo para el intercambio, no se da ninguno.

Esto no funciona en el planteamiento del productor capitalista. La motivación no viene del incremento del valor al uso, sino del incremento del valor monetario que tiene para él la transacción. Tengo en mi bolsillo 10 Euros. Solamente compraré limones para hacer limonada si al vender posteriormente mi limonada puedo sacar un beneficio. Es decir, convertiré mis 10 Euros iniciales en, pongamos, 15 Euros finales. Si no, no me molestaría en comprar limones ni en hacer limonada.

Por lo tanto, una crisis puede venir si el capitalista no encuentra incentivo alguno para producir. Esto se acentúa con la llegada del crédito; si la tasa de ganancia (ese 50% que gano produciendo y vendiendo limonada) es inferior a los intereses que tenga que pagar al banco que me presta los 10 Euros que tengo en el otro bolsillo, tampoco compraré limones ni haré limonada.

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