viernes, 12 de febrero de 2010

El problema del valor cualitativo


Marx define la mercancía como lo producido por el hombre para el cambio. Dice que el cambio es el que produce la división del trabajo y que aunque la producción de mercancías no es una expresión directa del hombre, sí es la forma inevitable de vida económica, estando condicionada históricamente. En contraposición está Adam Smith, que dice que la causa del aumento de la producción está en la división del trabajo. Así es ésta la que provoca el cambio, y no la producción, como diría Marx. Para éste último, la producción esconde relaciones sociales subyacentes, ya que las mercancías son fruto de distintos trabajos relacionados entre sí, y es el economista el que debe descubrirlas, afirmando que la economía política ha de adquirir también carácter cualitativo y no sólo cuantitativo. Es aquí donde los métodos de economía política toman relevancia más allá de lo puramente cuantitativo, y pasan a los cualitativos. El valor de cambio de Smith es de validez cuantitativa, pero la economía política de Marx contiene elementos cualitativos:

- Valor de uso (de utilidad): Es la relación que existe entre el consumidor y el objeto consumido, es lo que ahora se llamaría “utilidad”, y Marx lo apartaba de su estudio de economía política. Pero esto no resta valor al valor de uso en la economía política, sino que es igualmente esencial para la producción, para el consumo, por lo que no aparece excluido de los factores que dictan los fenómenos económicos.

- Valor de cambio (que producido por la división del trabajo y la producción privada) como forma exterior de relación social entre los propietarios de mercancías y los productores individuales que trabajan aisladamente de los primeros. Aquí también existe un valor oculto en las mercancías, que es el trabajo abstracto (importante concepto en el pensamiento de Marx al ser el denominador común de todas las mercancías), una abstracción del propio capitalismo y no dictada por Marx, dice Sweezy. Así, la importancia del volumen total de la fuerza de trabajo social y de su nivel general de desarrollo, provee una porción de trabajo humano respecto a la demanda cambiante del capitalismo. Dice que la indiferencia es típica en la sociedad capitalista en cuanto a los particulares trabajos, donde los individuos pasan fácilmente de un trabajo a otro para generar riqueza.

- Trabajo y valor: El trabajo tiene dos aspectos clave, uno correspondiente al valor de uso, y otro al valor de la mercancía que produce. La relación existente del valor con el trabajo es cualitativamente una parte misma del trabajo pues es fuerza humana creadora de mercancías. Por otro lado, es fuerza humana gastada en torno a un fin específico, siendo un atributo útil que produce esos valores de uso.

- Trabajo abstracto: Este concepto hace referencia, en palabras textuales de Marx, al “trabajo en general”. Esto permite comprobar que la suma de la fuerza de trabajo social susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social, y de cuya magnitud y desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad. Presupone que el capitalismo es una fuerza muy superior a las demás formas anteriores de sociedad.

- La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor: Es obvio que las tareas más significativas del ámbito cuantitativo están basadas en datos de análisis cualitativo, y a esto llegó Marx tras su periplo metodológico, que le hizo modificar poco a poco sus ideas y perfeccionarlas. Y es que, por el mero hecho de que una mercancía es un valor, ha tomado parte de la actividad que produce la riqueza de la sociedad, y aquí las simplificaciones en abstracto, como conceptos cualitativos, sirven como categoría cuantitativa, diferente del valor de cambio, que a su vez proporciona la magnitud del valor de cambio.

- El carácter fetichista de las mercancías: Marx dijo en El Capital que la relación entre los hombres en la producción de mercancías “adopta, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas”. Y esto sólo es alcanzable cuando llegados a un punto en la historia en el que la producción de mercancías está tan desarrollada que su materialización en las relaciones sociales es concluyente. Y de esta manera el orden social derivado de ello se convierte en, según Lukacs, una “segunda naturaleza”. Y es que, además, se ve al sistema actual como verdadero, como óptimo, y a los demás anteriores sólo como meras fases imperfectas, antesalas del capitalismo perfecto y puro en todas sus categorías, dando poder autónomo a cada uno de los factores de producción, pero que no deja de ser una mistificación del modo de producción capitalista.

Sweezy dice que aquellos defensores del capitalismo, los que viven bajo sus formas, admiten al mismo como una representación de las relaciones sociales. Es decir, que aunque se puedan hallar ocultas, las relaciones sociales derivadas del sistema capitalista a dado otra racionalidad a la economía dejando ver que sin el capitalismo el desarrollo sería inimaginable. Pero es que, del mismo modo, afirmamos y reconocemos, casi sin pensar en ello, que cada uno somos propietarios de una mercancía, y los que sólo disponen de la del trabajo no están ya exactamente en el plano igualitario, que se supone determina el capitalismo y la teorización del concepto de mercancía, pues el que posee sólo su fuerza de trabajo está por debajo del terrateniente y no sabe que está obligado, subyugado, a las condiciones prescritas por los que poseen los medios de producción; es decir, está siendo explotado.

1 comentario:

  1. el acto valorativo es la vicencia de naturaleza compleja del hombre en la scuales intervienen los factores individuales del hombre

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